Charla de adolescencia

Charla de adolescencia

Hoy fui convocada a hablar con vosotros de un tema tan amplio como es la adolescencia.

Pero que es la adolescencia???

Podríamos ensayar una primera definición:

 

Es un pasaje , un tiempo , un devenir atormentado aunque también creativo que se extiende desde el fin de la infancia hasta las puertas de la madurez.

Podríamos ubicar que la pubertad es el momento de irrupción de los cambios en el cuerpo , y la adolescencia es el tiempo en el que estos cambios se van subjetivando , simbolizando.

Como es un tema muy amplio , comenzaré por comentar algunas características generales de la adolescencia , para poder enfocarnos luego en la gran inquietud de padres y madres que está relacionada con los limites en la adolescencia.

Siempre es muy importante aclarar , que si bien hablaré de “adolescencia” la manera correcta seria hablar de adolescencias. Ya que cada ser humano es singular, cada niño y niña atravesará la adolescencia poniendo en juego sus referencias particulares , su historia familiar , sus marcas , su singular manera de hacer frente a las turbulencias.

También la manera en que los adultos respondamos a esta turbulencias será un condicionante de este recorrido.

Hecha esta salvedad , comentaré algunas características que luego de muchos años del trabajo con adolescentes podría decir que son universales.

  • La adolescencia es un tiempo de duelo:
    El adolescente debe perder su cuerpo de niño/a , ser testigo y protagonista  de la metamorfosis en su cuerpo.
    Es un duelo por el padre y madre de la infancia a quienes admiraba. El padre Y/o la madre dejan de ser a sus ojos , los valores de referencia. Lo que los hace sentir muy desamparados , a veces , y otras muy perdidos. Muchas veces en  esta necesidad de diferenciarse y separarse  los desprecia , le avergüenzan y les grita su odio. Es un tiempo donde muchos padres y madres se horrorizan , porque los/las adolescentes escogen ídolos/as con valores diametralmente opuestos a los familiares. En este camino hacia la exogamia, el adolescente comienza a construir nuevas referencias adultas y también a encontrar puntos de referencia e identificación en sus pares.
    Esto implica para los adultos también un duelo, duelo por esos seres amados y admirados que han sido para sus hijos/AS.

 

  • El duelo por el rol y la identidad infantil :
    Es un proceso silencioso , doloroso , lento y subterráneo de desprendimiento del mundo infantil. Se encuentran con emociones conocidas que experimentan de otra forma , se van percibiendo y amando a ellos mismos de una forma diferente a como lo hacían en la infancia.
    Se encuentran ocupando en los grupos roles diferentes a los que ocupaban en los grupos infantiles.
    Irán desprendiéndose de la dependencia con mucha ambivalencia , y asumiendo sus responsabilidades. En esta ultima parte , me gustaría hacer un comentario. Es muy importante que los adultos , los ayudemos a regular este desprendimiento. A veces , en su afán por reafirmar que son grandes , se desprenden demasiado rápido , o al revés , somos los adultos quienes de golpe los vemos grandes y les soltamos muy deprisa la mano , sin percibir que , quizás en este momento , aunque sea para pedirnos que nos alejemos , nos necesitan muy cerca. O Necesitan cogerse muy fuerte , para luego poder soltarse. Es un tiempo para estar presente ,para no tomarnos su desprecio o su desafío como algo personal , para no anteponer nuestra sensibilidad o vulnerabilidad a sus necesidades, para ofrecernos como un ADULTOS DISPONIBLES.

 

  •  La adolescencia es un momento de gran desorientación

Por lo dicho anteriormente , la adolescencia es un tiempo de gran desorientación. Desorientación en el campo del amor , del deseo , de los gustos.

Muchas veces no saben o no pueden verbalizar el sufrimiento que los invade. Si el adolescente no habla, no es porque no quiere comunicar, sino porque no sabe identificar lo que siente y mucho menos verbalizado. Por eso muchas veces se ven lanzados /as a actuar y su malestar lo expresan mas a través de actos que de palabras.
Por eso somos los adultos , quienes muchas veces hemos de sugerirles las palabras que les faltan , ayudarlos /las a traducir el malestar que sienten, con mucho tacto , sin que lo adviertan , sin ofenderlos.
Los adultos también nos encontramos muy desorientados frente a estos y estas adolescentes que a veces juegan , otras bailan frente al espejos y otras dicen unos tacos que no se saben de donde han salido. Y esta desorientación , muchas veces nos lleva a los adultos a no saber cómo ubicarnos frente a ellos /ellas.
Muchos adultos , por temor a alejarse , a perderlos , se colocan en posición de colegas para ganarse su confianza , sin darse cuenta , que desde esa posición los dejamos aun mas solos. Otros optan por una posición de control, que como muchas veces les digo a los padres y madres en consulta , genera el efecto inverso.  Controlando no generamos herramientas en el otro. Es muy importante diferenciar el CONTROL, de la REGULACIÓN. El control esta conectado con la prohibición y no facilita la incorporación de la norma. La regulación con marcar reglas de juego. Se puede elegir saltarlas o no , pero siendo consciente de que saltarlas traerá aparejadas unas consecuencias.
Es preciso estar atentos a los perjuicios asociados a la subestimación aunque también a la sobrestimación, dos versiones que pueden rozar el descuido y la dimisión.
Atentos a la figura del “niño rey” a quien se le cumplen todos sus deseos en forma ilimitada, alimentando una omnipotencia que, en esta época, se agiganta por la obsesión por el consumo y la acumulación como única ambición.
Como no sé como ubicarme , ni como acercarme porque la adolescencia a veces incomoda  el comprar releva a veces el ser y el estar. De esta forma renunciamos a ejercitar el “no” como acto de protección, de amortiguación de culpas, de ausencias o por la impotencia de no saber cómo estar.

Por eso es importante ofrecerse como ADULTOS REGULADORES  , que no intervienen desde una posición simétrica , sino de sostén , marcando las reglas del juego.

  • La adolescencia es un tiempo de encuentro ( o reencuentro ) con la sexualidad
    Erróneamente se confunde la sexualidad con la genitalidad ,y esta confusión hace creer que el despertar sexual se produce por primera vez en la adolescencia.
    Si bien se trata de una sexualidad no reproductiva es importante entender que La sexualidad es un proceso , una construcción , que se inicia desde el nacimiento , y que necesita un recorrido para poder desarrollarse.
    El cuerpo no es algo dado. Requiere de un proceso de apropiación, de  libidinizacion ( como lo llamamos los psicoanalistas).
    Haciendo un breve recorrido podemos decir que la primera zona de placer que descubre el bebé es la boca.  Podemos ubicar que el bebé no sólo succiona para alimentarse , si no que esta succión , le produce gran placer. La succión del pecho , del pulgar , del chupete. Mas tarde su curiosidad se desplazará hacia los genitales que tocará , explorará.  La sexualidad es en la infancia , autoerotica. Si bien son habituales las practicas de curiosear y tocar los genitales de compañeritos/as , no tienen el fin de producir placer en los otros sino mas bien de despejar preguntas en torno a su propio cuerpo y la sexualidad en general.
    Poco a poco , en un periodo que llamamos Latencia , esta curiosidad sexual , se desplaza a la curiosidad de saber , de aprender,  hacia actividades intelectuales , o artísticas.
    La sexualidad quedará sepultada hasta su nuevo despertar en la pubertad.
    Con la aparición de los caracteres sexuales secundarios , el adolescente pondrá en marcha un proceso de apropiación , en el cual deberá encontrar la manera de habitar este nuevo cuerpo cambiante.
    Es importante destacar , que estas transformaciones abren posibilidades concretas que antes no existían, ovular ,eyacular, el acto sexual ,y la reproducción. Que el organismo este apto para el acto sexual y la reproducción , no significa que el / la adolescente lo esté. Si ha podido atravesar todo un primer momento de apropiación del cuerpo ,      exploración y búsqueda de información en la infancia de una manera natural, el encuentro con la sexualidad y con los cambios en el cuerpo serán menos problemáticos.

 

  • La adolescencia de los hijos/as como una ocasión para padres y madres
    Inevitablemente , la adolescencia de los hijos/as , remueve en los padres y madres aspectos de su propia adolescencia. ( Alex y marti , Carmeta y uli , Fabio y Lola)
    Aquellos procesos o situaciones que no hemos podido atravesar y / o resolver, los hijos/as nos los vuelven a poner enfrente , delante y eso que se nos presenta delante de nuestros ojos , es una gran ocasión. Ocasión de revisar , de recalcular.
    Muy a menudo escucho a padres y madres , decir en la consulta “es que no quiero que se sienta sola como yo me he sentido..”.  Entonces protegen a su hijo  o hija , de la forma que ellos / ellas hubiesen necesitado , pero no necesariamente de la forma que su hijo/a lo necesita. Porque su hijo/a no se siente sola/o!!!!!!
    O padre y/ o madres que como les han prohibido y reprimido muchas cosas , les dan rienda suelta a sus hijos/as para que hagan lo que le da la gana.
    O padres y madres que han mentido mucho , la han liado gorda , controlan a sus hijos/as  , desconfiando de ellos /as , pensando permanentemente que les mienten.
    O padres y madres , que a pesar de ser adultos no han salido de una posición adolescente , y aprovechan la adolescencia de los hijos/as para adolescentizarse y vivirla junto a ellos/as.
    Por eso , creo que es fundamental , aprovechar la ocasión que nos brinda el despertar de la adolescencia de los hijos/as para reelaborar las cosas que nos han quedado pendientes de nuestra historia , y poder separar nuestra historia de la de ellos/as. Es la mejor , y creo que única manera de poder acompañarlos/as.

 

Los limites en la adolescencia

A lo largo de los puntos desarrollados , fueron apareciendo algunas cuestiones conectadas con los limites. Probablemente porque es indisociable pensar la adolescencia de pensar los limites.

Porque los limites , en la adolescencia , son condición de posibilidad para que los niños /as se constituyan como sujetos. Se trata entonces de construir una referencia adulta que haga del límite un sostén subjetivo y no una clausura o (solo) un castigo que reduce al otro a un mero objeto.
Ser padre, ser madre implica ejercer la autoridad , lo que es muy diferente a autoritarismo, pero pareciera que esta diferencia no siempre se reconoce y por temor a caer en el despotismo muchas veces nos encontramos con un vacío de autoridad.
Todos son iguales, no hay jerarquías , el lugar de los padres y madres  ha quedado vacante y los hijos/as en muchos casos están huérfanos/as, con toda la desprotección que esto significa . Porque la autoridad no sólo limita, también protege . Esa es la función de ley, que los padres y madres  deberían impartir . Los límites contienen, dan seguridad, y funcionan de guía. Son como la rivera de un río que le da forma a su recorrido, sin ellos se formaría un charco.
Pensemos en un arbitro de futbol. Está en el campo de football para que pueda desarrollarse el partido y proteger a los jugadores. Sin él el partido sería caótico, y probablemente los jugadores saldrían lastimados.
Y las leyes no se negocian, se ponen. Muchos padres y madres , temerosos de cumplir su rol, discuten con sus hijos/as las normas de convivencia que ellos pretenden poner. Tras la “charla” esconden sus dudas y buscan la autorización de los hijos , subvirtiendo los roles y las jerarquías .

Está bien que el padre o madre aclare el por qué de determinada regla, pero no es necesaria la aprobación o la comprensión del otro para que entre en vigencia. Si el/la joven, niño/a, entiende, o no, porqué debe colaborar, no es excusa para que no lo haga. Sería bueno que lo comprenda, pero esto no es lo mismo que acordar. Los hijos/as pueden entender las razones de los padres y madres y no estar de acuerdo, y sin embargo deberán cumplir la regla.

Los niños/as tienen gran necesidad de saber dónde se hallan los límites de sus acciones y quien tiene la función de hacérselo cumplir. Un ejemplo de un teórico del movimiento de la educación progresista nos permitirá mostrar cómo funciona esto:

Este teórico decidió echar abajo la cerca metálica que rodeaba al patio de un jardín de la infancia pensando que los niños sentirían mayor libertad de movimientos si no estaban rodeados por esa barrera visible. Sin embargo, cuando quitó la cerca, los niños y las niñas se agruparon en el centro del patio de recreo. No sólo no se alejaban de allí, sino que ni siquiera se atrevían a acercarse al límite del terreno. Se ve con claridad que los límites definidos nos hacen sentir seguros a todos.

Ésa es la razón por la cual un niño/a empuja a su padre o su madre a veces hasta la exasperación. Está poniendo a prueba la firmeza de ese padre o esa madre, y explorando los límites de su mundo.

Los Límites son portadores de un mensaje de cuidado hacia el niño/a; cuando limitamos las acciones de los/las infantes les estamos transmitiendo un mensaje. Los mensajes irán cambiando de acuerdo a la etapa evolutiva que el niño esté atravesando.

A toda edad los niños piden que alguien los limite … limitarlo no significa castigarlo, no es lo mismo un límite que un castigo, limitar pues implica darle contención a algo que el niño/a no puede resolver solo.

La aceptación de un límite supone cierta capacidad para tolerar la frustración lo que significa postergar el deseo o desplazarlo para buscar una satisfacción socialmente aceptada, permitida

Cada vez que se le plantea al niño/a un límite, cuando se le impide realizar una acción o bien se le muestra desagrado frente a una conducta manifiesta, se le está pidiendo que posponga su deseo y que en cierta manera tolere la frustración.

Al poner un límite, el adulto se priva de ser aquella persona ideal, todopoderosa, que no frustra. Poner límites es aceptar las propias limitaciones. Educar y mostrar un camino implica que habrá momentos para conceder y otros para resistir a las demandas infantiles. Si nos proponemos acompañar adecuadamente el crecimiento tendremos que aceptar que en más de una oportunidad nos veremos obligados a negarle al niño la satisfacción a sus demandas.

Ir al contenido